Miedo por ser mujer
Mis padres no duermen. La preocupación no les deja pegar ojo cuando salgo de fiesta. Ellos no temen que beba o, incluso, que me drogue. Ellos temen que sea la próxima. Y yo, temo que sean los siguientes sufridores.
Mis padres están asustados. Les preocupa perderme por el hecho de haberme traído a este mundo siendo mujer.
Mis padres viven en un sin vivir. Me insisten cuando tardo más de la cuenta en contestar a su WhatsApp o no les cojo la llamada.
No quiero que mis padres vivan en un sufrimiento constante creyendo que puedo cruzarme con un loco.
Queridos y queridas padres y madres, eduquemos. Esta es la base de la sociedad. Eduquemos a respetar, a querer y a ayudar. No nos culpabilicemos por qué llevar, cómo ser o dónde y cuándo ir. Eduquemos para hacer ver que esto no está bien. No somos exageradas, ni feminazis, ni locas. Nos están quitando nuestras vidas y la única manera de acabar con esto es luchando.
Si nos negamos, nos matan y sino, no nos creen. ¿Qué tipo de sociedad es esta? Nunca solas, siempre mirando atrás, siempre pensando en si nos puede tocar.
No es el caso de parejas o ex parejas. Es el caso de amigos, vecinos o desconocidos que nos cruzamos. Esto va más allá y no le veo final. Justicia, todas pedimos justicia. Necesitamos sentirnos seguras porque, por ahora, libres, no somos.
Hombres, no estamos en vuestra contra, sino del lado de las que ya no están y con la mente en todos esos casos que hemos dejado atrás.
No quiero tener miedo, ni quiero que quienes me esperan o me dejan teman si llego. No quiero fingir que hablo por teléfono en la calle ni mirar si alguien me acompaña por la espalda. No quiero que por mi mente pase la posibilidad de que puede que me toque a mi. No quiero sufrir por mi madre, mis primas, mis sobrinas, mis tías o mis amigas. No quiero preocuparme por generaciones que vienen ni por mujeres arrebatadas.
Es muy doloroso ver que necesitamos muertes para darnos cuenta de que tenemos un gran problema. Para ver que esto no es una “tontería”. Es muy doloroso que nos demos cuenta de que tenemos que luchar al comprobar realmente que podemos perder nuestras vidas o las vidas de alguien querido. Pero hagámoslo, para que no haya una siguiente. No nos quedemos en el simple hecho de mostrar nuestra indignación en redes a través de textos o fotografías. Salgamos a la calle, erradiquemos cualquier acto, eduquemos y unámonos con el objetivo de que todas salgamos a la calle con la única intención de ser felices trabajando, corriendo, saliendo o amando.
Ni una más, ni una menos, por favor.
18 de diciembre de 2018
Comentarios
Publicar un comentario